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PASABA POR AQUÍ

Insultos, mentiras y demás patrañas

Dicen que no ofende quien quiere sino quien puede. Pero será por mi juventud o por mi condición de mamífero, que me aporta mucha sangre caliente, o por que dicen que soy buena persona. Pero la verdad, suelo aguantar lo que digan sobre mí con mucha cintura, pero de siempre no me he resistido a defender al prójimo, sobretodo cuando la razón me avala.

 

Y es que, imagínense ustedes... en Orihuela se nos ha ocurrido llevar a cabo un sistema totalmente novedoso de distribución de arte, El Sociorreproduccionismo prepictórico, y claro hay gente que no da más de sí.

 

Jon Juanma, un joven oriolano, comprometido con los valores de la izquierda, y sobretodo consecuente con sus ideales, un joven que se ha procurado una preparación exquisita obteniendo el premio extraordinario fin de carrera y el premio universitario cinco estrellas en la licenciatura de bellas artes, se ha atrevido a presentar su sistema, el sociorreproduccionismo prepictórico, y su obra, en la exposición “Arte Popular”, en su pueblo natal, Orihuela. Lugar muy poco acogedor en cuanto a ideas novedosas se refiere. Y no le va nada mal, más de 300 personas han pasado a visitar su obra, cuando a penas se ha alcanzado el ecuador de la muestra.

 

Pero claro, siempre se encuentra uno con alguien dispuesto a ofender y descalificar. Así es Orihuela, miedosa ante la novedad, reacia al cambio, recelosa de sus inquietudes, manipuladora de sus verdades......

 

Y me fastidia, y mucho, que una persona, alguien que desconoce el significado de la palabra sacrificio, alguien que todo lo que ha conseguido en su vida ha sido gracias al cargo político de su padre, incluso su trabajo. Una persona que no fue capaz ni siquiera de obtener el bachillerato porque prefería pasar las mañanas durmiendo en su casa. Un enchufado del ayuntamiento. Una persona que se vanagloria de no haber leído un libro en su vida. Que una persona de esas características se sienta legitimada para descalificar la obra y la persona de Jon Juanma, me parece demencial. Alguien que se mofa de la obra de un artista y la descalifica sin haber tenido la vergüenza tan siquiera de pasar por la muestra. Que alguien que lo más cerca que ha estado de un museo en su vida haya sido en un bar, tenga la desfachatez de siquiera criticar levemente el trabajo de alguien, sea cual fuere, me parece impresentable.

 

Y desgraciadamente, me estoy refiriendo a una persona en concreto, aunque seguramente a lo largo y ancho de mi pueblo, estas afirmaciones puedan ser casi generalizadas. Y por eso no me resisto a escribir estas líneas. Porque y yo sí, me siento legitimado para decir a aquellos que se consideran superiores, a los “tuberos”, y demás impresentables, que se abstengan de opinar sin conocer. Y cuando se atrevan a abrir la boca con la intención de afirmar algo más que un fuera de juego, hagan un acto de contricción y repasen su preparación y su intelecto antes de manifestar sus opiniones.

 

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