Jorge Drexler en Orihuela, crítica
El pasado sábado actuó en nuestro municipio uno de los compositores con el ingenio más en forma de todo el panorama iberoamericano, el uruguayo Jorge Drexler.
El de Montevideo, que recibió hace dos años el Óscar a la mejor canción por "Al otro lado del río", tema principal de Diarios de Motocicleta, comenzó su actuación con varios minutos de retraso puesto que a la hora fijada para el inicio, las 21:30, la taquilla del Teatro Circo presentaba una cola considerable.
Muchos nos sorprendimos cuando al entrar y dirigir la mirada hacia el escenario tan solo observamos un taburete, una guitarra y varias pedaleras. Pero aún nos sorprendimos más cuando el uruguayo comenzó su actuación. Su entrada fue recibida por una gran ovación del público, y a partir de ahí dos horas de sublime actuación en la que hizo partícipe al público del espectáculo. Todo el público coreaba canción tras canción, y acompañaba ritmicamente las canciones cuando el artista lo solicitaba y cuando no lo hacía también.
Lo novedoso de la noche fue que el oscarizado atendió las peticiones de canciones de los que se encontraban en el patio de butacas. De esta manera, los temas de su amplio repertorio se vieron reforzados por otros de artistas muy variados, interpretó adaptando temas de Javier Ruibal, Chico Buarque, The Beatles, y un intento de Mujeres del cubano Silvio Rodriguez.
Entre los de su propio tintero tuvimos el placer de escuchar temas como: La infidelidad en la era informática, El pianista del gueto de Varsovia, Sea, Horas, Fusión, Milonga del moro judío, Guitarra y vos, Milonga paraguaya, Flores en el mar, Frontera, Todo se transforma, y la inédita Gracias entre otras muchas.
Una de las cosas que más sorprendió fue como al principio de cada canción utilizando los samples que le rodeaban, creaba las bases vocales y acústicas adecuadas para cada tema. Demostrando de esta manera su enorme calidad vocal y musical.
Finalmente se despidió, tras dos horas de actuación, de un público rendido a su música tras dos bises. Y un Teatro Circo casi lleno puesto en pie.
El buen sabor de boca que dejó así como los grandes temas que dejó sin interpretar en Orihuela, hacen necesario repetir, por tercera vez en mi caso.
El de Montevideo, que recibió hace dos años el Óscar a la mejor canción por "Al otro lado del río", tema principal de Diarios de Motocicleta, comenzó su actuación con varios minutos de retraso puesto que a la hora fijada para el inicio, las 21:30, la taquilla del Teatro Circo presentaba una cola considerable.
Muchos nos sorprendimos cuando al entrar y dirigir la mirada hacia el escenario tan solo observamos un taburete, una guitarra y varias pedaleras. Pero aún nos sorprendimos más cuando el uruguayo comenzó su actuación. Su entrada fue recibida por una gran ovación del público, y a partir de ahí dos horas de sublime actuación en la que hizo partícipe al público del espectáculo. Todo el público coreaba canción tras canción, y acompañaba ritmicamente las canciones cuando el artista lo solicitaba y cuando no lo hacía también.
Lo novedoso de la noche fue que el oscarizado atendió las peticiones de canciones de los que se encontraban en el patio de butacas. De esta manera, los temas de su amplio repertorio se vieron reforzados por otros de artistas muy variados, interpretó adaptando temas de Javier Ruibal, Chico Buarque, The Beatles, y un intento de Mujeres del cubano Silvio Rodriguez.
Entre los de su propio tintero tuvimos el placer de escuchar temas como: La infidelidad en la era informática, El pianista del gueto de Varsovia, Sea, Horas, Fusión, Milonga del moro judío, Guitarra y vos, Milonga paraguaya, Flores en el mar, Frontera, Todo se transforma, y la inédita Gracias entre otras muchas.
Una de las cosas que más sorprendió fue como al principio de cada canción utilizando los samples que le rodeaban, creaba las bases vocales y acústicas adecuadas para cada tema. Demostrando de esta manera su enorme calidad vocal y musical.
Finalmente se despidió, tras dos horas de actuación, de un público rendido a su música tras dos bises. Y un Teatro Circo casi lleno puesto en pie.
El buen sabor de boca que dejó así como los grandes temas que dejó sin interpretar en Orihuela, hacen necesario repetir, por tercera vez en mi caso.
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