Sahara Occidental
Hace ya 34 años que España abandonó a su suerte al Sahara occidental permitiendo que Marruecos, haciendo de su capa un sayo, ocupara ilegal y militarmente un territorio que no le pertenece, en la famosa Marcha Verde.
Y es que la República Árabe Saharaui Democrática, proclamada por el Frente Polisario el 27 de febrero de 1976, permanece desde entonces ocupada ilegalmente por Marruecos y sigue siendo el único país africano que no ha celebrado su referéndum de autodeterminación, a pesar de que la Resolución 1514 de la Asamblea General de Naciones Unidas le reconoció tal derecho. A pesar de que más de 80 países reconocen a la RASD. A pesar de que la ONU en más de 50 resoluciones que han tratado el tema del Sáhara Occidental, haya dejado muy claro en todas ellas, que Marruecos carece de soberanía sobre los territorios ocupados (alrededor de un 75% de la RASD).
Uno de los mayores culpables de esta insostenible situación es el Estado español, que debería posicionarse apoyando a la que fuera su colonia y defendiendo la legalidad internacional. Pero en lugar de eso, la postura de la recientemente estrenada Ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, es pedir calma. ¿Calma a quién? A los agredidos, invadidos, maltratados, desplazados, asesinados, detenidos, a los que llevan esperando 34 años,.... a aquellos que abandonaron la legítima lucha armada con la finalidad de encontrar una salida dialogada del conflicto, y que ahora de forma premeditada y silenciada (Marruecos se encargó de que Wiily Meyer y varios periodistas no desembarcaran ayer en El Aaiún) ven desmantelar sus campamentos de protesta pacífica a golpe de metralleta.
Pero claro, como vamos a esperar que Trinidad Jiménez se posicione claramente defendiendo la legalidad internacional y la defensa de los derechos humanos, cuando esta posición contravendría los intereses de sus amigos del Club Bildeberg y de la Trilateral.
Son esos intereses económicos de los poderosos, los que impiden la terminación del conflicto saharaui con su reclamado referéndum de autodeterminación. Mientras el tiempo continúa pasando, la dictadura alauita que gobierna Marruecos negocia con la UE tratados de colaboración preferente en los que utiliza como moneda de cambio los caladeros de pesca situados en territorio de la RASD. A la vez que sigue expoliando el yacimiento de fosfatos más grande del mundo y que convierte a Marruecos en el mayor exportador mundial a costa de expoliar unos recursos naturales que no le pertenecen. Sin olvidar los descubiertos hace algunos años, yacimientos petrolíferos que Marruecos y la RASD se disputan desde entonces.
Cuando los intereses de los poderosos se ven en peligro, la maltratada legalidad internacional, y los derechos humanos de los más débiles son los que se ven mermados.
¡Sahara Libre! ¡Referéndum ya!
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